Tercer album de Soilwork en el que empiezan a usar voces limpias, este es un disco muy importante en la discografia de la banda, por que a partir de este afianzan su sonido, desligandose de las tipicas bandas de Death Metal Sueco, obviamente sin olvidar sus raices. La base ritmica es muy buena en especial el baterista Henry Ranta, que le da una versatilidad unica al sonido, ademas de acercarse mucho al Death Tech e inclusive al Progresivo. En general es un disco muy bueno, lleno de contraritmos, con un arte de tapa excelente.
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